Propuesta del Embajador Oswaldo de Rivero: “Para no aumentar la mortalidad se necesita abrir la economía científicamente”



PROPUESTA DEL EMBAJADOR OSWALDO DE RIVERO BARRETO

“PARA NO AUMENTAR LA MORTALIDAD SE NECESITA ABRIR LA ECONOMIA CIENTIFICAMENTE”

EL PERU DEBE PEDIR QUE LA  OMS CONVOQUE UNA REUNION DE CIENTIFICOS:

La pandemia se está politizando. La gente quiere trabajar, quiere vivir una vida normal y los gobiernos van cediendo ante esta presión, que es comprensible pero que no es científica. Y así las medidas de contención como la cuarentena, la distancia social y las pruebas, que son científicamente necesarias, debido a la alta tasa de mortalidad, se van relajando bajo la presión popular.

Los más destacados epidemiólogos consideran que esta tendencia de abrir la economía sin parámetros científicos va hacer que la pandemia rebrote con fuerza, convirtiendo a las economías nacionales en una suerte de Pirámides Mayas, que producirán cientos de sacrificios humanos para calmar a la diosa economía.

Según los epidemiólogos, a partir de setiembre, habrá de nuevo altas cifras de hospitalización y mucha mortalidad. En una palabra, el mundo tendría que adaptarse a esta nueva terrible normalidad, de vivir produciendo muertes para mantener la actividad económica, salvo que la propuesta de una Reunión de Científicos (los prestigiados epidemiólogos del mundo) auspiciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tome las siguientes cuatro medidas:

1.- Establecer las precondiciones científicas que permitan la apertura gradual de las economías nacionales.

2.- Recomendar los tratamientos que han servido para mitigar la pandemia, bajando sus tasas de mortalidad. Los científicos intercambiarían información y trasmitirían al mundo qué terapias están salvando vidas.  

3.- Obtener una vacuna lo más pronto posible. La reunión de científicos informaría en qué estado está la investigación de la vacuna, qué laboratorios investigan y qué hay que hacer para tenerla lo más pronto posible y a bajo costo.

4.- Declarar que la vacuna sea un patrimonio común de toda la humanidad. Y no una mercadería protegida por la  propiedad intelectual de laboratorios y personas.
 
5.- Que en el Perú se instale uno de los centros de producción de la vacuna contra el Covid-19, una vez sea esta descubierta por cualquiera de los emprendimientos de investigación científica en curso, garantizando nuestro país plenas facilidades para el efecto. Como parte de este ofrecimiento de cooperación global, el Perú debiera donar los terrenos para la edificación de tal centro de producción, otorgarle un régimen legal especial, y efectuar un aporte económico. Adicionalmente, nuestro Estado debiera expresar su compromiso de facilitar todas las acciones necesarias para lograr la inmediata y equitativa distribución internacional de las dosis de vacuna que tal centro de producción elabore. Este ofrecimiento, además de representar una expresión tangible de la vocación de cooperación global del Perú, aceleraría la disponibilidad de la referida vacuna dentro de nuestro propio país. (Este quinto planteamiento corresponde al Pronunciamiento de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional. Ver https://sociedadperuanadederechointernacional.blogspot.com/2020/05/pronunciamiento-sobre-la-conveniencia.html

Estas son las cinco medidas, que, con otras, que establezca la Reunión de Científicos, que nos puede salvar de una horrible nueva normalidad, como sería convivir negociando aperturas económicas a pesar de sufrir una pandemia que sigue siendo letal. 

Sin duda, las bases científicas para la apertura de las economías, la mitigación de la pandemia con el conocimiento de nuevas terapias para hacerla menos letal y la investigación de la vacuna para no contraer el Coronavirus, están en las manos de los científicos.

El mundo necesita a gritos una reunión de los mejores epidemiólogos para logar, por lo menos estas cuatro decisiones científicas. La pandemia es planetaria y necesita una respuesta también planetaria, que solo la puede dar la ciencia, no la política.

No se necesita hacer una gran conferencia que podía ser contagiosa, sino tan solo una reunión de una semana con los más eminentes epidemiólogos. Un grupo selecto que no pasaría de veinte. Y que, sin duda, la OMS conoce quiénes son.

La reunión la organizaría la OMS, bajo los protocolos contra la infección que tiene hoy esta organización para su personal. Inclusive, podrá hacerse con mascara profesional N-95, si es necesario. También, si eventualmente hay riego de contagio la reunión científica podría hacerse a través de una serie de reuniones interactivas por Televisión a la distancia, que durarían también una semana.  

Los resultados de la reunión, sobre las terapias exitosas de cura de la infección del Coronavirus (COVID-19), se transmitiría a todos los países miembros de la OMS, y servirían como guía a los gobiernos. También, la información sobre la marcha de la vacuna seria trasmitida a estos.

En el caso de la vacuna, sería necesario que los científicos declaren que la vacuna sería patrimonio común de toda la humanidad. En otras palabras, no sería la propiedad intelectual de ningún laboratorio y convertirse así en una mercancía cara de la gran industria farmacéutica. En este sentido, la distribución de la vacuna producida en los laboratorios estaría en manos de la OMS, al más bajo costo posible.  

El Perú podría pedir a la OMS que convoque esta Reunión de Científicos. Al hacerlo el Gobierno sería enaltecido por esta iniciativa humanitaria.

Recientemente, el presidente de China Xi acaba de coincidir con el punto 4 de esta propuesta pues ha dicho en un menaje a la OMS que la vacuna deber un bien global de toda la humanidad.

Esta Reunión de Científicos es necesaria porque hay una tendencia a politizar la OMS, con la acusación del presidente Trump a China por el surgimiento del COVID-19 en su territorio, y por el pedido de Australia, apoyada por otros países, para que la OMS Investigue a China. Nada esto va impedir que haya más contagios y muertes en el mundo. 

Mas bien, el mundo entero frente a la pandemia pide hoy ciencia no política, para no caer en una nueva terrible normalidad de abrir y mantener la actividad económica con sacrificios humanos. Sin duda, esta nueva normalidad que negociaría actividad económica con un número “aceptable” de muertos, es un problema ético global, que necesita la participación de los más destacados epidemiólogos del mundo para que ellos nos den los parámetros de cómo hacer una apertura económica gradual, sin fatalidades. Esto es además urgente, porque el virus no reconoce fronteras ni hemisferios, y según los científicos rebrotará con fuerza en setiembre.

El canciller me llamó hace unas semanas para felicitarme pero no sé si están haciendo algo el gobierno con la OMS.

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